Mi shampoo me habla I

Tengo tendencia a buscarle forma a las cosas. En las manchas de las paredes, en las nubes que se dibujan de diferentes formas en el cielo, en los motivos o figuras de los azulejos de los baños; busco significados, imagino signos que me quieren decir algo.
Como casi todos los burgueses de este mundo, por influencia del marketing y la publicidad, me lavo la cabeza con shampoo y crema de enjuague. Los otros días mientras me bañaba (lo hago todos los días, el de “los otros días” lo menciono por que ocurrió un hecho extraordinario no porque me bañe salteado) después de ponerme shampoo y dejar la botella en el espacio que queda entre el borde de la bañera y la pared, lavarme la cabeza, enjuagarme y volver hacia el borde a buscar la crema de enjuague, ya con los ojos abiertos, noté que sobre la tapa de la botella de shampoo, es una de esas bien gordas, pesadas, con tapa cúbica bastante ancha; con los restos de espuma de mi lavado se había formado la palabra: “EX”, si, una E y una X perfectamente marcadas con espuma blanca sobre la tapa azul marino. Me quedé unos segundos mirando, perplejo, moviendo la cabeza hacia ambas direcciones para tratar de encontrarle otro sentido, algún sentido. Sonreí y mientras me pasaba la crema por el pelo pensaba en las casualidades, en la teoría del caos, en escribir un cuento con esta acción como disparador, en los misterios inexplicables de las formas de la naturaleza, en las connotaciones de la palabra ex, en algo que fue y ya no es, hasta que finalmente seguí duchándome y mi cabeza, mis pensamientos, tomaron otro rumbo.
Hoy, hace un rato, me estaba bañando y mientras me lavaba la cabeza, refregaba mis dedos por entre los pelos con los ojos cerrados, la imagen de la palabra “EX” sobre la tapa volvió aleatoriamente a mi mente. Recordé la idea de escribir algo sobre eso. Terminé de enjuagarme abrí los ojos, di vuelta para buscar la crema y ahí estaba de nuevo. La tapa azul, restos de espuma y dos letras: “IT”. Me asusté, me quedé pensando un rato mirando la I y la T hipnotizado. El otro día “EX”, ahora “IT”. “EXIT” pensé. Mi shampoo me habla, se me ocurrió. Pero mi shampoo no es importado, o sí, pero es brasileño, así que no tendría que hablar en inglés. ¿Será un fantasma?, ¿Un espíritu solitario? ¿Alguien que murió en esta bañera de un golpe, ahogado, y ahora me quiere decir algo? “EXIT”, salida, que salida, ¿Hacia donde? Puede ser el comienzo de un largo mensaje, una, dos oraciones, un párrafo quizás. Tal vez mi botella o el alma en pena que vaga desesperada, ansiosa por mi baño me esté mostrando, por fin, el camino, las claves secretas hacia el EXITo. (¿Continuara?)