En más de veinticinco años de democracia este país ha privatizado las jubilaciones, los teléfonos, la electricidad, el gas, ha regalado YPF, aplicó retenciones, canceló deuda externa, contrajo deuda externa, encarceló militares genocidas, procesó a ex presidentes de esta misma democracia, indultó genocidas y montoneros, asesino inocentes en la plaza de mayo de 2001, adoró a Cavallo, puteó a Cavallo, metió preso a Mardona y a Monzón, acorraló a Yabrán, votó a Menem dos veces y lo negó mil veces.
En este mismo país que realizó todas esas actividades, luchó y venció todos esos intereses y esos poderes, rige una ley de la dictadura que regula la actividad de los medios audiovisuales. La ley de radiodifusión, creada bajo un gobierno militar en el que los medios eran en su mayoría propiedad del Estado, en el que había sólo cinco canales de aire, no existía el cable, ni la televisión satelital, ni mucho menos internet y las radios sólo eran AM y todos ellos eran víctimas de la censura y el control dictatorial del gobierno sobre que decir y cómo decirlo. Esa misma ley que permite todavía listas de discos musicales prohibidos y que servía de marco para difundir el terror y toda la propaganda de la época, aún está en vigencia.
Durante estos veinticinco años organizaciones civiles como Poder Ciudadano, Asociación por los Derechos Civiles, CELS, Asociaciones de actores, músicos, autores, periodistas, trabajadores de televisión, Cooperativas, diversas ONGs que representan las minorías raciales, sexuales, religiosas han presentado cientos de proyectos de ley para modificar la que está en vigencia. Se han realizado, foros, charlas, seminarios, mesas de debate, tratamientos en comisión de ambas cámaras del Congreso en lo que parecía ser un consenso de esta sociedad sobre la necesidad de una nueva reglamentación que contemple los cambios tecnológicos y defina la propiedad y el desarrollo del mercado en condiciones equitativas para todos los sectores.
En todos estos proyectos siempre ha habido voces de segunda o tercera línea de los partidos mayoritarios, radicales, peronistas de todas las vertientes, socialistas, de centro izquierda y derecha que han tratado de impedir el tratamiento y hablaban siempre de la inconveniencia del momento elegido para producir ese cambio.
Los grandes medios de comunicación siempre han dado poco espacio a este debate tanto en sus pantallas, como en sus radios o en sus páginas y cuando lo han dado siempre ha sido para dar espacio a esas voces casi desconocidas para la sociedad que pregonaban el no cambio.
EN ESTE PAIS QUE HA PRODUCIDO TODOS ESOS ACTOS QUE HABLABAMOS AL PRINCIPIO, ¿CUANTAS VECES LLEGO AL RECINTO DEL CONGRESO UN PROYECTO DE LEY DE RADIODIFUSION PARA SER VOTADO, EN LOS ULTIMOS 25 AÑOS?
CERO, NUNCA. Se vendió YPF y privatizaron las jubilaciones pero nunca se trató una ley de radiodifusión de 1983 para acá.
La connivencia de radicales, peronistas, alianzas coyunturales de otros partidos minoritarios, con los dueños de los grandes medios de este país, siempre ha evitado dar este debate lesionando gravemente la calidad de nuestras instituciones y de la democracia.
Sin ir más lejos, hace dos días, el director del COMFER junto a la Presidente, presentaron un proyecto para su discusión y tratamiento.
Como se puede apreciar fácilmente en los canales de cable de noticias, en las radios y en los grandes diarios la noticia ha sido virtualmente ignorada.
No se trata de defender a este gobierno ni mucho menos. Como los anteriores tuvo la oportunidad histórica de producir ese cambio pero bajo la presidencia del Dr. Kirchner, se resolvió renovar la licencia de los canales de televisión privatizados por el menemismo por 20 años más. Estos errores históricos quizás terminen con su gobierno.
Hoy, hace unas horas, Elisa Carrió y el titular del radicalismo, Morales. realizaron una conferencia de prensa para expresar que están en contra del proyecto y de lo inoportuno del momento elegido.
¿A quien representan estas voces que del 83 para acá han negado el tratamiento de esta ley? ¿Al pueblo?, ¿a los que los votaron? o ¿a las empresas propietarias de los medios? ¿ Qué intereses defienden?
¿A quien beneficia que la ley no se trate y se sancione y en su lugar este en vigencia la ley de la dictadura militar? ¿Al pueblo?, ¿a la sociedad?, ¿a las instituciones?, ¿a las minorías? ¿ A los actuales dueños de los monopolios de comunicación de este país?
El gobierno tuvo la herramienta para terminar con esta situación pero eligió el pacto y renovó las licencias, dándoles el poder que hoy ostentan. Posiblemente ahora sea demasiado tarde.
Los grandes grupos Telefónica, Clarín, De Narvaez, Vila-Manzano, el grupo CIE, Hadad y sus socios, propietarios de grupos monopólicos que dominan el mercado de la televisión, radio y gráfica no quieren una nueva ley que afecte sus inmorales ganancias y debilite su espacio de poder.
La oposición que enarbola banderas de calidad institucional, transparencia y dialogo entre todos los sectores, no habla por los pobres ni por los desocupados, pero realiza conferencias urgentes para defender a los grandes medios y sus intereses.
Los mismos medios que apoyaron a Kirchner en sus comienzos hoy lo defenestran y minan cada minuto desde sus pantallas el poder legítimo que consiguió en las urnas.
Los mercaderes de siempre, hoy oposición, mañana oficialismo, pasado sin poder salir a la calle bastardeados por el pueblo, que manejan su ideología según las circunstancias históricas, una vez más dicen presente.
El subsuelo de la patria sublevada*, siempre ahí, en el subsuelo, cada vez más lejos del sol, cada vez más en la sombra.
“El subsuelo de la patria sublevado” frase de Raúl Scalabrini Ortiz del “Hombre que está solo y espera”
la imagen fue extraída del blog undiaperonista.blogspot.com
En este mismo país que realizó todas esas actividades, luchó y venció todos esos intereses y esos poderes, rige una ley de la dictadura que regula la actividad de los medios audiovisuales. La ley de radiodifusión, creada bajo un gobierno militar en el que los medios eran en su mayoría propiedad del Estado, en el que había sólo cinco canales de aire, no existía el cable, ni la televisión satelital, ni mucho menos internet y las radios sólo eran AM y todos ellos eran víctimas de la censura y el control dictatorial del gobierno sobre que decir y cómo decirlo. Esa misma ley que permite todavía listas de discos musicales prohibidos y que servía de marco para difundir el terror y toda la propaganda de la época, aún está en vigencia.
Durante estos veinticinco años organizaciones civiles como Poder Ciudadano, Asociación por los Derechos Civiles, CELS, Asociaciones de actores, músicos, autores, periodistas, trabajadores de televisión, Cooperativas, diversas ONGs que representan las minorías raciales, sexuales, religiosas han presentado cientos de proyectos de ley para modificar la que está en vigencia. Se han realizado, foros, charlas, seminarios, mesas de debate, tratamientos en comisión de ambas cámaras del Congreso en lo que parecía ser un consenso de esta sociedad sobre la necesidad de una nueva reglamentación que contemple los cambios tecnológicos y defina la propiedad y el desarrollo del mercado en condiciones equitativas para todos los sectores.
En todos estos proyectos siempre ha habido voces de segunda o tercera línea de los partidos mayoritarios, radicales, peronistas de todas las vertientes, socialistas, de centro izquierda y derecha que han tratado de impedir el tratamiento y hablaban siempre de la inconveniencia del momento elegido para producir ese cambio.
Los grandes medios de comunicación siempre han dado poco espacio a este debate tanto en sus pantallas, como en sus radios o en sus páginas y cuando lo han dado siempre ha sido para dar espacio a esas voces casi desconocidas para la sociedad que pregonaban el no cambio.
EN ESTE PAIS QUE HA PRODUCIDO TODOS ESOS ACTOS QUE HABLABAMOS AL PRINCIPIO, ¿CUANTAS VECES LLEGO AL RECINTO DEL CONGRESO UN PROYECTO DE LEY DE RADIODIFUSION PARA SER VOTADO, EN LOS ULTIMOS 25 AÑOS?
CERO, NUNCA. Se vendió YPF y privatizaron las jubilaciones pero nunca se trató una ley de radiodifusión de 1983 para acá.
La connivencia de radicales, peronistas, alianzas coyunturales de otros partidos minoritarios, con los dueños de los grandes medios de este país, siempre ha evitado dar este debate lesionando gravemente la calidad de nuestras instituciones y de la democracia.
Sin ir más lejos, hace dos días, el director del COMFER junto a la Presidente, presentaron un proyecto para su discusión y tratamiento.
Como se puede apreciar fácilmente en los canales de cable de noticias, en las radios y en los grandes diarios la noticia ha sido virtualmente ignorada.
No se trata de defender a este gobierno ni mucho menos. Como los anteriores tuvo la oportunidad histórica de producir ese cambio pero bajo la presidencia del Dr. Kirchner, se resolvió renovar la licencia de los canales de televisión privatizados por el menemismo por 20 años más. Estos errores históricos quizás terminen con su gobierno.
Hoy, hace unas horas, Elisa Carrió y el titular del radicalismo, Morales. realizaron una conferencia de prensa para expresar que están en contra del proyecto y de lo inoportuno del momento elegido.
¿A quien representan estas voces que del 83 para acá han negado el tratamiento de esta ley? ¿Al pueblo?, ¿a los que los votaron? o ¿a las empresas propietarias de los medios? ¿ Qué intereses defienden?
¿A quien beneficia que la ley no se trate y se sancione y en su lugar este en vigencia la ley de la dictadura militar? ¿Al pueblo?, ¿a la sociedad?, ¿a las instituciones?, ¿a las minorías? ¿ A los actuales dueños de los monopolios de comunicación de este país?
El gobierno tuvo la herramienta para terminar con esta situación pero eligió el pacto y renovó las licencias, dándoles el poder que hoy ostentan. Posiblemente ahora sea demasiado tarde.
Los grandes grupos Telefónica, Clarín, De Narvaez, Vila-Manzano, el grupo CIE, Hadad y sus socios, propietarios de grupos monopólicos que dominan el mercado de la televisión, radio y gráfica no quieren una nueva ley que afecte sus inmorales ganancias y debilite su espacio de poder.
La oposición que enarbola banderas de calidad institucional, transparencia y dialogo entre todos los sectores, no habla por los pobres ni por los desocupados, pero realiza conferencias urgentes para defender a los grandes medios y sus intereses.
Los mismos medios que apoyaron a Kirchner en sus comienzos hoy lo defenestran y minan cada minuto desde sus pantallas el poder legítimo que consiguió en las urnas.
Los mercaderes de siempre, hoy oposición, mañana oficialismo, pasado sin poder salir a la calle bastardeados por el pueblo, que manejan su ideología según las circunstancias históricas, una vez más dicen presente.
El subsuelo de la patria sublevada*, siempre ahí, en el subsuelo, cada vez más lejos del sol, cada vez más en la sombra.
“El subsuelo de la patria sublevado” frase de Raúl Scalabrini Ortiz del “Hombre que está solo y espera”
la imagen fue extraída del blog undiaperonista.blogspot.com
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