En el año 2005 el ciudadano brasileño de 27 años Jean Charles de Menezes, que llevaba tres años en Londres y trabajaba como electricista, fue acribillado por la policía británica en el metro de Londres al ser confundido con un terrorista y tener cara de sospechoso. Por esos días, envíe y me publicaron, una carta al correo de lectores de un diario, donde pensaba algo así como que ante la brutalidad del acto cometido por la policía, ante el miedo y la paranoia instalada, ante la pérdida de las libertades individuales, que tanto decían defender, donde se mata por ser sospechoso, la batalla la había ganado Al Qaeda. El mundo occidental defensor de los derechos a la libertad y a la vida había sido vencido y los Estados se convirtieron en estados paraterroristas que mataban sospechosos por las calles o, como más tarde se comprobó, torturaban prisioneros como en Irak y en Guantánamo.
El 2 de octubre pasado se conoció la noticia que los policías que asesinaron a Menezes de siete tiros en la cabeza y uno en el hombro no serán procesados ni condenados. El tribunal londinenses consideró que los policías deberían ser juzgados por “homicidio justificado legalmente”.
Se cierra el círculo.
Esta semana, el 23 de Noviembre, se conoció que los familiares de Menezes recibirán una indemnización por parte del estado británico de 160.000 dolares. Los diarios ingleses analizaron que la cifra es tan insignificante porque Menezes era de una familia con escasos recursos.
“...la compensación será baja porque se consideró que la familia no habría recibido una importante ayuda económica del joven, de 27 años, si estuviera ahora con vida.
Además, la cantidad sería más alta si Menezes hubiera estado casado y con hijos o procediera de una familia acomodada” publicó el Daily Mirror.
Esta semana un diario vernáculo digital promovía una encuesta en la que preguntaba a la gente si estaba de acuerdo con que los miltares se hicieran cargo del problema de la inseguridad. Según el mismo diario, el ochenta por ciento está a favor de que los miltares ocupen las calles para combatir el delito.
Hay que tener cuidado con el miedo y lo que genera. Hay que tener cuidado con lo que se desea. Por que se puede cumplir.
