miércoles, 14 de abril de 2010

Niños del mundo

Capitalismo.....













Estos niños son blancos, sajones, están abrigados, juegan y sonríen. Visten ropas de marca, de las que salen por televisión. Seguramente se alimentan y tienen todas las posibilidades. En la lotería de la vida salieron favorecidos con familias burguesas del primer mundo que les darán un porvenir promisorio y un fututro cierto.

más capitalismo....














Este niño es mestizo, latino, está desnudo, tira de un carro por las calles juntando desperdicios y come lo que encuentra o la caridad le da. Se alimenta una vez por día, con suerte, y en la lotería compró un billete que va directo a la basura. No sabe lo que es el porvenir y ni quiere imaginar su futuro.
Un niño como este recorre todos los días las calles de mi ciudad, Buenos Aires, recolectando papel y cartones para procurar alimentos para su familia. Cuandos deje de ser niño y sea adolescente seguramente limpiará parabrisas de los coches o acompañará a sus hijos a recolectar cartones y papeles. El intendente de mi ciudad los quiere meter presos, correrlos y muchos de mis vecinos lo apoyan. Les temen, desde sus automóviles último modelo, ven reflejados en sus ojos lo que nunca quieren ser.  Los más osados quieren bajar la edad de inimputabilidad para meterlos en las cárceles, los matarían si pudieran.
No pretendo la imposibilidad de un mundo eternamente feliz. Ni la utopía de un país con oportunidades para todos siquiera. 
Mi aldea, mi ciudad, las calles donde camino, las personas de mi barrio un poco menos indiferentes al dolor de los demás me alcanzaría.
Tengo la profunda convicción de que el sistema en el que vivimos, llamado capitalismo, es el que genera estas aberraciones. Es obvio me dirán. Cuento de niños.
Lo que no puedo entender entonces, si la sentencia anterior es tan universalmente verdadera, es como a casi nadie se le mueve un pelo. Cómo todos están tan resignados y aceptan simplemente lo que está dado. Como no hay millones en las calles diciendo, quejándose y tratando de cambiar el mundo.
Cómo no hay miles de intelectuales, científicos, escritores, artistas, pensando un mundo mejor, una forma más equitativa de vivir, una posibilidad de acabar con tanta injusticia.

 La Indiferencia, el arma más poderosa de este milenio. 


1 comentario:

Esther L. dijo...

Es una pena, pero es así...
El ser humano es egoísta por naturaleza, y cuando uno está bien, eso de defender a los desfavorecidos se convierte en uno de los muchos hobbies que pueda tener, y que no suele ser el más prácticado...
Además, no nos engañemos, cambiar el sistema capitalista o acabar con estas injusticias no está en nuestras manos... Podemos contribuir individualmente, claro, pero no lograremos nunca un cambio global...