martes, 27 de octubre de 2009

Los medios, violaciones, justicia y perdones


Pagina 12, Argentina y El País, España

Samantha Geimer ya no es la niña de 13 años que en 1977 fue víctima de un abuso sexual del director Roman Polanski. En la actualidad tiene 45 años y vive en Hawai con su esposo e hijos. Y, según sus abogados, está cansada de las implicaciones mediáticas desde la detención del cineasta en Zurich, a la espera de la extradición a Estados Unidos. Tanto que ha sufrido algunos problemas de salud. Por eso no suena a contradicción que haya pedido que se abandone la acusación en contra de Polanski, aunque a diferencia de sus requerimientos anteriores, esta vez lo hizo a través de una presentación formal en la Corte de Los Angeles. “Entre Samantha y su abogado han recibido cerca de 500 llamadas telefónicas de los medios alrededor del mundo, que buscan un comentario” de su parte, sostiene la moción presentada en la Corte de Apelaciones del Distrito 2 de California. “Ha llamado Larry King, Oprah, cada uno de los programas matutinos de las cadenas de televisión nacional; el (diario) Los Angeles Times tiene tres reporteros llamando y lo mismo casi todos los principales diarios en Estados Unidos y el exterior”, abunda el texto.
Cuando Geimer atiende esos llamados, siempre responde “Por favor, déjenme en paz”. La petición añade además que la madre, el esposo y los hijos de Samantha han sido acosados por periodistas, afectando su salud y su trabajo. “La víctima es otra vez la víctima”, arguye la moción. Y luego insiste en esa sintonía: “El proceso le causó problemas de salud y que su desempeño y su trabajo se vieran interferidos”. Tiempo atrás, Geimer ha pedido reiteradas veces que se abandone el caso contra Polanski, quien se fugó de Estados Unidos tras ser sentenciado por mantener una relación sexual con ella, por entonces menor de edad. “Sin discutir su crimen, Polanski tenía que ser tratado con justicia. Y lo fue”, agrega la moción de la víctima. “El día que el cineasta se fugó fue triste para la Justicia estadounidense. Samantha no debería pagar el precio de esto.” El cineasta, objeto de un pedido de captura de EE.UU., fue detenido el 26 de septiembre en Zurich, cuando planeaba asistir al Festival de Cine de esa ciudad, donde fue encarcelado con fines de extradición.


Este caso se está transformando en un sensacional ejemplo para debatir los conceptos de justicia, castigo, fama, discriminación hacia la mujer: la noticia en la mayoría de los diarios se publica en la parte de Espectáculos no en la de policiales;  y para medir sobre todo el poder supremo de los medios que se transforma en invasivo, violento,  humillante , violatorio hacia las personas que lo padecen.
Esta mujer, Samanta Geimer fue violada a los 13 años por Román Polanski, según el mismo admitió ante un tribunal norteamericano antes de fugarse hace treinta y dos años. Y está sufriendo una nueva violación ahora por parte de los medios masivos que se meten en su casa, hacen guardia, clausuran su teléfono y le provocan malestares de salud. Todo para alimentar el morbo  egoísta de millones de televidentes aburridos que se tiran en sus sillones a ver televisión y a consumir tandas publicitarias.
¿Cúal será la forma de hacer justicia con este caso? ¿Condenar a Polanski, extraditarlo y encarcelarlo mientras Samanta se interna en un loquero vícima de una depresión? o ¿ Liberar a Polanski como pide Samanta, la violada, que todo el mundo se olvide, los medios busquen otra víctima y ella pueda vivir en paz en Hawai con su familia? Estos tiempos, la barbarie.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

impecable artículo. Los medios la destrozan otra vez pero parece no importar. En nombre de buscar la verdad se destroza la vida de una persona pero todos acusan a Polanski. Cometió un delito. Pero el morbo, es cierto, no fue solo de él...

Ignacio Reiva dijo...

La coprofagia es insaciable, los seres que consumen esto piden más y más, si el plato está decorado con sangre, mejor. Saludos