jueves, 8 de octubre de 2009

Imaginando cebras

La noticia,  publicada hoy,  en el diario El País, de España :



















"Los responsables de un pequeño zoo de Gaza han teñido a dos burros blancos con rayas negras para que los niños palestinos que no hayan visto nunca una cebra de cerca tengan ahora la oportunidad, aunque sea de mentirijilla. 

Nidal Barghouthi, hija del propietario del zoo Marah Land -que cobra tan sólo 15 dólares por permitir la entrada de un autobús lleno de niños-, explica que se ha disfrazado a los burros usando cinta de carrocero y tinte de pelo aplicado con un pincel. "La primera vez utilizamos pintura, pero no quedaba bien", añade. "Los niños no lo saben, así que los llaman cebras y están contentos de ver algo nuevo", confiesa.

El caso es que el zoo, que ha vivido mejores tiempos, llegó a tener cebras de verdad. Pero murieron, como cientos de palestinos, en un ataque de Israel." (fuente y foto: El País, España, 8/10/09)


Lugares de la tierra donde reinan la pobreza y la violencia, que es lo mismo. Espacios donde queda lugar para la imaginación, donde hay niños que tiene cosas para descubrir, lugares en que adultos "engañan" a sus hijos para ocultarle lo aberrante del mundo, apartando bombas que caen del cielo, esquivando metrallas del otro lado del muro, pintando burros.
A casi todos los que pueden leer esto, de niños, un familiar  se les disfrazaba de Santa Claus, para traerles regalos de entre las sombras de la casa,  jugando a fascinar. Las cebras las imaginábamos leyendo a Salgari o a Julio Verne, se nos hacían reales en el zoológico de la ciudad.

En occidente, en tu casa en la mía, Papá Noel y los Reyes son los padres, a los bebés no los traen las cigüeñas, Aladino es un cuento de Las Mil y una noches y el Aleph no está en la casa de Daneri.

En Gaza, las cebras, son burros pintados a rayas.

Literatura,
para seguir viviendo.