viernes, 18 de marzo de 2011

Crónica desde el Infierno III

El primer ministro, Naoto Kan, aseguró que "Japón superará la catástrofe" y negó que su gobierno estuviera ocultando información acerca de la situación de las centrales nucleares afectadas por el terremoto. El vocero oficial, Yukio Edano, por su parte confirmó que ya se lanzaron 50 toneladas de agua al reactor 3 de la central de Fukushima, el más peligroso pues contiene plutonio, gracias a lo cual los niveles de radiación disminuyeron ligeramente. Mientras tanto, los "Fukushima 50", tal como se conoce a los operarios que luchan contrarreloj por evitar un desastre nuclear, recibieron refuerzos y declararon que la crisis será controlada “en no mucho tiempo”.

Edano informó además que la temperatura está aumentando en los reactores 5 y 6, pero aseguró que esto no supone un riesgo inmediato y que, si fuera necesario, también podría arrojarse agua sobre ellos. A pesar de estos avances, las autoridades japonesas elevaron de 4 a 5 el nivel de alarma nuclear de los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima 1. La escala INES, que va del 0 al 7, define el nivel 4 como un "accidente de consecuencias locales", y el 5 como "accidente de consecuencias amplias".
En el mensaje enviado al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) Tokio apuntó que se liberó material radiactivo "por encima de los límites autorizados" en los reactores 1, 2 y 3 y las autoridades elevaron además hasta el nivel 3 (incidente serio) la alarma respecto a tres reactores de Fukushima 2.
Mientras tanto el número oficial de víctimas mortales del terremoto y el tsunami ascendió a 6539 y unas 10.259 personas fueron declaradas oficialmente como desaparecidas. Al cumplirse hoy una semana del devastador terremoto, Kan lanzó un mensaje de esperanza al pueblo japonés, al señalar que "Japón superará la catástrofe y se recuperará". "Reconstruiremos Japón", añadió el primer ministro y pidió a cada sobreviviente que haga lo posible para contribuir a la reconstrucción del país.
Por otro lado, el aeropuerto de Sendai, inundado por el tsunami, fue nuevamente abierto para la operación de aviones de emergencia y helicópteros. Los puertos dañados también fueron abiertos de nuevo al tráfico marítimo, al igual que algunas autopistas y el tren bala de alta velocidad reanudó su recorrido entre Morioka, capital de la prefectura de Iwate, y Akita, capital de la prefectura homónima.
Sin embargo, la escasez de carburantes continúa obstaculizando la llegada de ayuda humanitaria a las zonas afectadas por el sismo. En la prefectura de Miyagi incluso se autorizó la realización de entierros sin previa incineración ante la falta de combustible. En tanto, las temperaturas en las zonas más asoladas continuaban siendo bajas, lo que empeoraba la situación que se originó por la falta de combustible y de electricidad. Unas 380.000 personas continuaban alojadas en unas 2200 tiendas de campaña después de perder sus hogares en la catástrofe natural.
Durante un discurso emitido por televisión, el primer ministro hizo un llamamiento a la unidad del pueblo y afirmó que "no hay espacio para el desaliento". De la misma manera se refirió a los cientos de miles de refugiados en las provincias más afectadas por la tragedia y recordó que su situación se ha visto empeorada por el frío y la escasez de alimentos, pero garantizó la asistencia del gobierno para mejorar su situación y los instó a "seguir adelante".
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que no ve riesgos para desaconsejar viajar a Japón, salvo en las zonas del norte, las más afectadas por el terremoto y tsunami, y la zona de seguridad decretada alrededor de la planta nuclear de Fukushima.
"Fuera de las áreas afectadas no hay razones sanitarias para no viajar", dijo el portavoz del organismo, Gregory Hartl, desde Ginebra. Según los datos que dio a conocer y fueron publicados por la agencia DPA, la radiación fuera de la zona de seguridad está por debajo de los niveles considerados como riesgo para la salud pública.

No hay comentarios: