miércoles, 26 de agosto de 2009



La foto de arriba es de un cementerio de Los Angeles, EEUU. La tumba de Marilyn Monroe, y sobre ésta, la de un ilustre y afortunado desconocido: Richard Poncher.
El azar, el destino, la lotería de Babilonia, pusieron al Sr. Porcher a compartir la eternidad con la pulposa rubia. Hasta ayer.
Su viuda, Elsie Poncher, atormentada por deudas, con riesgo de ejecución hipotecaria. Tuvo una idea. Sacarle provecho al destino, al morbo, al cholulismo. Retiró el cadáver de su esposo y sacó a la venta en Ebay la tumba vecina a la estrella. Promocionó la subasta con algo así como: “Duerma eternamente sobre Marilyn”
Y resultó. La subasta concluyó ayer y la tumba fue vendida por tres millones doscientos mil euros en una puja entre setenta participantes que empezaron con una oferta de 350.000 euros.
El cementerio en el que se encuentran también los restos de figuras como Truman Capote, la actriz Natalie Wood y el actor Dean Martin pasó a ser, después de la oferta, uno de los espacios más caros del mundo.
Richard Poncher le había comprado la tumba a Joe Di Maggio, famoso beisbolista, ex esposo de Marilyn, después del divorcio de estos en 1954.
Marca, marketing, imagen, fama, los valores de esta era. Money for nothing.
Hay una frase del genial Bernard Shaw : “La satisfacción es la muerte”
Me parece que se quedó corto.

Foto: Diario El Pais.

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