El Ing. Mauricio (quien otro) brindó una conferencia de prensa para explicar, en vivo por todos los medios capitalinos, que será inflexible con los llamados "trapitos", verdadero flagelo de la sociedad argentina.
Este verdadero Poder enquistado en nuestra ciudad que atormenta a los ciudadanos revoleando un trapo tipo franela para conseguir unas monedas a cambio de brindar estacionamiento y seguridad a nuestro automóvil de treinta mil dolares.
Personas insensibles, verdaderos forajidos que recolectan moneda tras moneda, edificando un verdadero Imperio que cada día nos hace la vida más difícil. Además de pagar propina a los mozos que tardan en traernos el whisky, soportar a los terribles cajeros de los supermercados y a esa otra casta de privilegiados que andan por las calles juntando basura y afeando la ciudad, encima de todos estos males, tenemos que bajar el vidrio de la ventanilla del auto para entregarle unas monedas a estos mafiosos que se pasan el día entero, horas y horas, esperando monedas en vez de ir al gimnasio o salir de shoping con los amigos.
Por fin alguien que tiene sensibilidad social, que posee un sexto sentido para entender los verdaderos problemas de la gente, se ocupa de este terrible mal que nos hace ver como seres egoístas a pesar de nuestra inagotable generosidad hacia el otro.
Ha llegado la hora de ocuparse de los problemas verdaderos. Terminar con esas pavadas de la salud pública, la educación gratuita, la contaminación ambiental o los espacios culturales.
Una sociedad sin trapitos es una sociedad mejor que se acerca a sus conquistas más preciadas que hacen a la felicidad del pueblo.
Una verdadera cruzada por nuestra patria.
A propósito: ¿ Alguien sabe donde van a parar todos los adoquines que levantan todos los días en las calles de la ciudad?
